Para @Womyads. Destacables personajes de la ciencia aseguran que el cerebro humano no ha logrado usar su total potencial, más si miramos el panorama nos topamos con el continuo desafío de hacerse sentir, de devorar toda lógica y de  traspasar fronteras usando a uno de los hijos consentidos y caprichosos del Internet: Las Redes Sociales. Acá algunos casos recientes.

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Si pudiéramos hallar un mecanismo visual para ver el mundo en lenguajes de programación, líneas o bytes, podríamos tal vez hacer realidad el sueño de Glen A. Larson cuando a finales de 1983 daba rienda suelta a la imaginación con efectos visuales para televisión. ¿Recuerda a Automan? Aquella serie que apuntaba a un loco programador que buscaba combatir a los maleantes de la ciudad con un holograma fraternal y cuyo impacto en la pantalla grande fue un total fracaso; a pesar de que en algunos países dónde fue emitido, sus capítulos entraron al ranking de los grandes recuerdos o símbolos ochenteros en un solo salto.

Y aunque no conocí el pensamiento de Larson (productor de otras series reconocidas como ‘Manimal’) estoy segura que ante la gama de posibilidades que ofrece la tecnología en la actualidad, pudo haber notado que sus ideas no fueron del todo errores de apreciación. Su visión sobre ayudar al mundo también la consideraron otros y ahora forma parte de nuestro argot hablar de  aplicaciones, smartphones, iphones, twitter, entre otras plataformas diseñadas para comunicar.

Sería insólito hablar del fin de la ‘curiosidad’ como palabra, porque Internet cada segundo alimenta su alma y cada vez es recurrente toparnos con nuevas noticias o situaciones que revientan las alarmas sensitivas o del pensamiento.

Una forma de sanar el mundo con virtualidad.

Vivimos en un mundo azotado por el cambio climático y el panorama no se hace alentador en muchos sectores. Recientemente vimos el caso de Myanmar, al sur del continente asiático en donde el Ciclón Kómen causó numerosos estragos y en donde un ‘hashtag’ no sólo permitió movilizar ayuda sino también denunciar a los agentes que violaban o arremetían contra los recursos enviados para los damnificados. El lánguido lapso provocado por los medios tradicionales como la televisión o la radio en el sector, ubicaron a las redes sociales como camino de esperanza. El HT #SaveMyanmar cedió con mayor premura a evacuar y solidarizarse con los afectados; tanto que muchos voluntarios se acercaron a la zona con sus dispositivos móviles para ser ‘periodistas alternativos’.

De manera paralela en otro lugar del planeta, los intentos de sobrevivir y perpetuarse en el tiempo sin importar lo que pase, motiva a un portugués a crear una dinámica red social que apunta a la inmortalidad digital. Se trata de Eter9, inspirada en un software de inteligencia artificial y el cual pretende que aquellos pensamientos, emociones y sensaciones graficadas en la red trasciendan post-mortem. Es decir que si ahora hacemos memes con escritores como Paulo Coelho o personajes como la Madre Teresa, en un mediano plazo nuestra imagen podrá ser un ícono de confianza y repercusión mental. Por eso la importancia de convertirse en ‘influencer’ en vida, obviamente estimulando aún más nuestros talentos y Womyads es camino para ello.

 

Controlar a una sociedad indomable.

El reto de absorber cada centímetro del mundo es incalculable para las redes sociales. Y así como han podido convertirse en amigos y aliados nuestros, también han representado un enemigo silencioso que se alimenta de la ingenuidad, la falta de educación o guía en el usuario hasta los problemas de autoestima en ciertos nichos sociales.

Un error lo comete cualquiera pero aplicar un correctivo a nivel virtual, sometiéndose al escarnio público, entra también dentro de este arcoíris comunicativo. En España un empresario fue declarado culpable por el delito de difamación y afectación de honor hacia un reconocido periodista. Luis Pineda, el sentenciado, tuvo que pagar una condena novedosa: publicar el veredicto durante 30 días en la misma cuenta de Twitter, desde la cual originó las 600 acusaciones indebidas hacia el portavoz de una distinguida organización no gubernamental. Adicional a esto, también tendrá que remunerar el error económicamente. Queda confirmado que una palabra puede cambiar el mundo, no hay que perder la fe y la justicia cuando no cojea, navega.

El valor de una red social no se limita al término de ‘monetizar’ más aún cuando uno no sólo entra al paraíso del click, del me gusta o  del compartir. El morbo que puede incitar una imagen o vídeo, conlleva una reacción neuro-sicológica al punto que Facebook y Twitter han estado sometidos a verificar los filtros y mecánicas en sus reglas, haciendo de un ‘segundo’ un dispositivo de éxito para generar contenidos positivos que eviten herir la susceptibilidad del usuario, quién muchas veces aumenta sus niveles de estrés gracias a la red. Ésta reforma se suscitó a causa del asesinato de dos periodistas en vivo de un reconocido noticiero norteamericano y en donde el asesino publicó horas antes un vídeo en Facebook sobre sus futuros actos.

Jamás dudes del alcance y fuerza que puede contener una frase escrita en el dichoso cajón de “Qué estás pensando?” . Ser ‘influencer’ requiere mucho de éste punto. Y tu vida puede ser el revolcón que otro ‘follower’ pueda estar necesitando.

Con Internet nada es producto del azar

David Cooperfield, famoso ilusionista recordado por desaparecer la estatua de la libertad y atravesar la muralla china, revuelca los secretos de la magia y les agrega un ingrediente prodigioso: redes sociales.

Transportar a una persona vinculada a un perfil en Internet y traerla al plano terrenal en un abrir y cerrar de ojos, es la ambiciosa puerta que Cooperfield quiere abrir, cimentado en experimentos de su colega ibérico Jorge Blass. Tanta es su fijación que compró los derechos del truco al fascinador español y aplicará los estudios necesarios para transfigurar toda ilusión. Un acto que para muchos que sufren del síndrome de dependencia a Internet (enfermedad asociada al mal uso de las plataformas virtuales) podría ser un primer paso a la solución de su ansiedad.

Para finalizar recordaré la frase del canadiense y ejecutivo estrella en marketing digital Matt Goulart “Social Media es acerca de personas. No acerca de tu negocio. Cuida a las personas y la gente cuidará de ti”