Ser influencer es más que cuestión de método
Para @Womyads “Ser influencer”, una tendencia en aumento que busca reformar la relación entre la marca y el consumidor. Ligera intención de hacer publicidad en tonos cargados de certeza a partir de experiencias. La despedida de la frase de cajón y la apertura a la publicidad alternativa. ¿Crees que puedes serlo?
Tres años atrás ‘Instagram’ se unía a un grande, las coaliciones entre plataformas no se hicieron esperar, la cosecha estaba lista y era hora de explorar nuevos terrenos, nuevas técnicas y de paso ampliar más el canal de la comunicación digital. Más se tardaron los adeptos a la tecnología en volverse fieles a compartir sus vidas en la red, que las estrategias de mercado en ser calculadas. Instagram, Twitter y Facebook se convertirían en los nuevos aliados del método más viejo y más certero en la publicidad: el voz a voz.
Gaby Castellanos, una de las figuras más importantes dentro de la industria publicitaria en España, comenta en su blog la importancia de diferenciar los conceptos de ‘ser influencer’, ‘líder de opinión’ e ‘influencia’. Womyads hace una extracción sobre su análisis aplicado a éste campo. En su respectivo orden, considera que ‘ser influenciador’ es tener la capacidad de ubicarse como referente sobre un tema específico, el segundo término lo asocia al espacio (tv, radio, impresos) en el que se desenvuelve el individuo y como éste le ofrece una popularidad suficiente para ser seguido y el tercer aspecto lo interpreta como la habilidad de actuar hasta lograr persuadir a otros a replicar su ejemplo. ¿Pero en qué se falla? Cabe anotar que si una persona está dispuesta a ser influencer, debe ser perseverante, creativo, honesto y paciente. El verdadero ‘influencer’ convierte el tiempo que invierte en contenidos satisfactorios y llamativos. Seduce con su estilo puesto su forma de ser se identifica por automático con la de otros que buscan continuamente canales de expresión. Basados en lo anterior encontramos casos desastrosos que permitieron detectar notorias deficiencias. Para empezar hay que tener en cuenta que si busca, pretende, siente que es o apunta a ser un ‘buen influenciador en redes sociales’ necesita comprender que la persona que lo lee no busca copiarlo, tan sólo quiere tomarlo como referencia.
Así que el ego virtual o los halagos no implican que lo vean como apoyo sustancial, tal vez su única predilección o interés son las marcas que usa o lo que regala. Para evitarlo es mejor mantener un idilio amoroso con la humildad y que ésta última contribuya a que vean su incondicional “yo interior”.
Otro error es dar por hecho que la recolección de ‘likes’ o ‘followers’ bajo inversión monetaria o por un baño de fama en distinguidos portales, medios tradicionales o marketing urbano conlleve a que tenga un afinado ‘feeling’ con quién logra leerlo. Si logra un extenso público, indague, averigue sus dudas, sus impresiones y empiece a construir un diálogo entre sus experiencias y las opiniones externas. Por último busque ser diferencial, ser único o auténtico. Lance sus flechas hacia un mismo blanco pero antes que nada, defina bien cómo es o cuál será su blanco y la herramienta con la cual se le hace más práctico expresarse. Internet ha demostrado que un detalle pequeño puede ser el comienzo de una gran huella.
En conclusión los influencers son muestra de cómo el ser humano repunta a fortalecer aún más la confianza entre individuos. No sobra desearle buena suerte en su futuro intento, recordándole que sus reflexiones pueden ser monetizadas para así crear su propia fábrica de ideas y de paso sentirse motivado a producir más.
Leer más sobre Gaby Castellanos: http://gabycastellanos.com/
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